Postal del juramento de Hitler ante von Hindemburg autografiada por él mismo. |
Con estas palabras el anciano presidente del Reich, von Hindemburg otorgó el poder a Adolf Hitler el 30 de enero de 1933. Se cumplen ahora 80 años. Ya sabemos que en nuestra cultura, se celebran los aniversarios nazis con gran pompa mediática. El nazismo forma parte de nuestra cultura. Todo el mundo lo conoce, incluso mejor que el comunismo, aunque esta fuerza mediática sea para hablar siempre de sus aspectos negativos. Pero se habla sin cesar. Desde aquí siempre he sostenido que para acabar con el nazismo hubiera bastado con enterrarlo en 1945. Pero no ha sido así.
Adolf Hitler lo había logrado. 14 años de lucha habían sido coronados con éxito. Hitler llegó a afirmar antes de su subida al poder:
- Cuando tenga el poder, si alguna vez lo tengo, nadie se haga ilusiones. No lo dejaré jamás.
El hecho de que una persona como Hitler alcanzara el poder es un hecho inusual en la historia. Lo había conseguido él solo, siendo un absoluto desconocido apenas unos años atrás. La historia ha tratado de entender este hecho con excusas, como la profunda crisis económica que atravesaba Alemania, las heridas de la última guerra etc. Sin embargo esas "excusas" no sirven para comprender el fenómeno. Se quedan cortas. Porque, al fin y al cabo, son excusas.
A las 7 de la tarde de ese día, al fondo de la Wilhelmstrasse comenzaron a avanzar los primeros pelotones de SA, con antorchas y cantando. El desfile duró 5 horas. Hitler le saludó desde el balcón de su nuevo despacho. Unas ventanas más allá, se encontraba el presidente von Hindemburg, que como es sabido, siempre fue muy reticente a entregar el poder a Hitler. Sin embargo, ese día, el viejo Mariscal, estaba conmovido por el desfile.
Ese día, Hitler permaneció durante toda la noche en la Cancillería, en una pequeña habitación. Se encontraban con él Goering, Goebbels y su abogado Hans Frank. Según Frank, Hitler estuvo recordando los momentos más importantes de su vida y hablando de sus principios ideológicos. Las declaraciones de Frank han sido recogidas por el historiador Joachim Fest. Naturalmente, debemos de tener en cuenta que las declaraciones de Frank fueron recogidas antes de su ejecución en Nüremberg:
- Presa de una profunda conmoción, se extravió en uno de sus interminables monólogos: evocó la escena del juramento que había tenido lugar durante la mañana, enumeró complacido los propios éxitos, subrayó el estupor de los adversarios "rojos" que quedaron mudos y paralizados, pasó después a extenderse sobre sus principios propagandísticos. Aseguró que nunca había disfrutado tanto como en la última campaña electoral: había, agregó, quien sostenía que podía haberse desencadenado una guerra. Ciertamente, prosiguió, su aparición en escena era el inicio de la lucha final del hombre blanco, del ario, para dominar todo el mundo. Los no arios, los de color, los mongoles, estaban en decadencia bajo la bandera del bolchevismo para lograr para si tal dominio pero, aquel 30 de enero, había dado comienzo "la máxima revolución racial alemana de la historia universal". Sus visiones se mezclaban con proyectos arquitectónicos: en primer lugar, declaró Hitler, reconstruiría la Cancillería del Reich que actualmente era, según él, "pura y simplemente una caja de cigarros".
Tenemos también un interesante documento con las declaraciones de Emmy Göring:
- ... Únicamente me pidió Hermann que ese día por la mañana fuese a llevarle unas flores a Hitler, que seguramente recibiría una gran satisfacción por ello... Unos ayudantes me condujeron al cuarto de Adolf Hitler en el Kaiserhof. El nuevo canciller se hallaba de pie a la ventana, encerrado en un mutismo grave. Parecía ajeno a todos los que le rodeaban. Se diría que era un hombre aturdido o estupefacto. Lentamente se volvió hacia mi y, con gesto casi solemne, me tomó las flores. Los ayudantes habían ido dejando en una pieza contigua todos los ramilletes de flores por él recibidos, de los que o le habían presentado ninguno todavía. "Son las primeras flores -dijo cohibido, pero afectuoso-. Y usted es la primera mujer que me felicita; de lo que me alegro." Después de una larga pausa, añadió con aire distante: "Ahora va a ver el mundo que yo no podía ser un vicecanciller, de ningún modo. ¡Si hasta los camaradas no me comprendían!" Hablaba como si continuase un monólogo iniciado antes de mi llegada. Por un buen rato seguimos callados. Cuando me di cuenta de que aquel hombre quería quedarse ya solo, me adelanté en puntillas hasta la puerta, al tiempo que le oía decir en voz baja; "Si, ahora deben dejarme algún tiempo solo".
Curiosamente, este episodio de las flores que nos narra Emmy Göring, el historiador John Toland lo narra pero con Frau Goebbels.
El mismo Toland narra lo siguiente:
- Hitler cenó tarde con Hess, Goering, Goebbels, Röhm y Frank en un pequeño salón privado. Habló y habló sin parar. "Alguna fuente extranjera me ha llamado hoy 'Anticristo'. Lo único anti que soy es 'anti-Lenin". Según Frank, Hitler añadió que esperaba ganarse el apoyo de Hindenburg a su bando. El Anciano Caballero ha quedado muy complacido cuando le he dicho que lo serviría como canciller tan lealmente como en la época en que fui soldado y él era mi héroe.
Ian Kershaw, en su biografía de Hitler, asegura que Hitler "contra todo pronóstico, la obstinación agresiva (nacida de la falta de alternativas) había dado fruto. Lo que había sido incapaz de conseguir por sí solo, lo habían conseguido por él sus "amigos" de puestos elevados". El 'don nadie de Viena', el 'soldado desconocido', el agitador de cervecería, jefe de lo que durante muchos años no fue más que un partido de las márgenes lunáticas de la política, un hombre que no tenía ningún tipo de credenciales para dirigir una maquinaria estatal compleja, siendo prácticamente una cualidad su destreza para hacerse con el apoyo de las masas nacionalistas, en las que era capaz de avivar los más bajos instintos con un talento excepcional, pasaba a hacerse cargo del gobierno de uno de los principales estados de Europa."
Como de costumbre, Kershaw deja su huella personal en sus escritos. Kershaw nos habla de "falta de alternativas" para justificar la subida al poder de Hitler. Me parece muy cínico, puesto que la Alemania de los años 20 era un hervidero político. El nacionalsocialismo tuvo que competir con muchos partidos políticos. Por otra parte, decir que Hitler era incapaz de conseguir solo su ascenso al poder y que lo habían conseguido "sus amigos de puestos elevados" es otra mentira. Lógicamente, nadie sube al poder solo. Eso es un hecho. Pero solo la firme voluntad de Hitler fue capaz de conseguir sus triunfos. Por supuesto, Hitler supo como nadie rodearse de la gente adecuada y es cierto que incluso tuvo que hacer algunas concesiones (iniciales, por cierto) a grandes empresarios y militares. ¿Pero qué alternativa tenía?
Tampoco estoy de acuerdo en que el NSDAP fuera un partido incapaz de "dirigir una maquinaria estatal compleja". De hecho, la rapidez de la toma de medidas de Hitler nos sugiere que estaba perfectamente preparado para ejercer el poder. EL NSDAP ya funcionaba como un estado y Hitler no tuvo más que organizar los diferentes estados alemanes como si se trataran de su partido.
Hitler dijo en sus conversaciones privadas:
- Si no hubiésemos conquistado el poder en 1933, la ola de los hunos se hubiera abatido sobre Europa, pues entonces Alemania era incapaz de detenerla. Nadie lo sospechaba, pero estábamos al borde de la catástrofe.
- Si Alemania no hubiera tenido la suerte de que tomara yo el poder en 1933, hoy Europa no existiría. En efecto, en cuanto estuve en el poder, no tuve más que una idea: armar. Así fue posible que el verano pasado adoptase la decisión de atacar a Rusia.
- No me sentiría con derecho a exigir a cada uno el sacrificio supremo, si yo mismo no hubiera hecho toda la guerra del 14 en primera línea.
Hitler y Goering saludan desde el balcón de la Cancillería la noche de la toma del poder. |
Ese día, Hitler permaneció durante toda la noche en la Cancillería, en una pequeña habitación. Se encontraban con él Goering, Goebbels y su abogado Hans Frank. Según Frank, Hitler estuvo recordando los momentos más importantes de su vida y hablando de sus principios ideológicos. Las declaraciones de Frank han sido recogidas por el historiador Joachim Fest. Naturalmente, debemos de tener en cuenta que las declaraciones de Frank fueron recogidas antes de su ejecución en Nüremberg:
- Presa de una profunda conmoción, se extravió en uno de sus interminables monólogos: evocó la escena del juramento que había tenido lugar durante la mañana, enumeró complacido los propios éxitos, subrayó el estupor de los adversarios "rojos" que quedaron mudos y paralizados, pasó después a extenderse sobre sus principios propagandísticos. Aseguró que nunca había disfrutado tanto como en la última campaña electoral: había, agregó, quien sostenía que podía haberse desencadenado una guerra. Ciertamente, prosiguió, su aparición en escena era el inicio de la lucha final del hombre blanco, del ario, para dominar todo el mundo. Los no arios, los de color, los mongoles, estaban en decadencia bajo la bandera del bolchevismo para lograr para si tal dominio pero, aquel 30 de enero, había dado comienzo "la máxima revolución racial alemana de la historia universal". Sus visiones se mezclaban con proyectos arquitectónicos: en primer lugar, declaró Hitler, reconstruiría la Cancillería del Reich que actualmente era, según él, "pura y simplemente una caja de cigarros".
Reunión del primer gobierno de Hitler |
Tenemos también un interesante documento con las declaraciones de Emmy Göring:
- ... Únicamente me pidió Hermann que ese día por la mañana fuese a llevarle unas flores a Hitler, que seguramente recibiría una gran satisfacción por ello... Unos ayudantes me condujeron al cuarto de Adolf Hitler en el Kaiserhof. El nuevo canciller se hallaba de pie a la ventana, encerrado en un mutismo grave. Parecía ajeno a todos los que le rodeaban. Se diría que era un hombre aturdido o estupefacto. Lentamente se volvió hacia mi y, con gesto casi solemne, me tomó las flores. Los ayudantes habían ido dejando en una pieza contigua todos los ramilletes de flores por él recibidos, de los que o le habían presentado ninguno todavía. "Son las primeras flores -dijo cohibido, pero afectuoso-. Y usted es la primera mujer que me felicita; de lo que me alegro." Después de una larga pausa, añadió con aire distante: "Ahora va a ver el mundo que yo no podía ser un vicecanciller, de ningún modo. ¡Si hasta los camaradas no me comprendían!" Hablaba como si continuase un monólogo iniciado antes de mi llegada. Por un buen rato seguimos callados. Cuando me di cuenta de que aquel hombre quería quedarse ya solo, me adelanté en puntillas hasta la puerta, al tiempo que le oía decir en voz baja; "Si, ahora deben dejarme algún tiempo solo".
Curiosamente, este episodio de las flores que nos narra Emmy Göring, el historiador John Toland lo narra pero con Frau Goebbels.
El mismo Toland narra lo siguiente:
- Hitler cenó tarde con Hess, Goering, Goebbels, Röhm y Frank en un pequeño salón privado. Habló y habló sin parar. "Alguna fuente extranjera me ha llamado hoy 'Anticristo'. Lo único anti que soy es 'anti-Lenin". Según Frank, Hitler añadió que esperaba ganarse el apoyo de Hindenburg a su bando. El Anciano Caballero ha quedado muy complacido cuando le he dicho que lo serviría como canciller tan lealmente como en la época en que fui soldado y él era mi héroe.
Ian Kershaw, en su biografía de Hitler, asegura que Hitler "contra todo pronóstico, la obstinación agresiva (nacida de la falta de alternativas) había dado fruto. Lo que había sido incapaz de conseguir por sí solo, lo habían conseguido por él sus "amigos" de puestos elevados". El 'don nadie de Viena', el 'soldado desconocido', el agitador de cervecería, jefe de lo que durante muchos años no fue más que un partido de las márgenes lunáticas de la política, un hombre que no tenía ningún tipo de credenciales para dirigir una maquinaria estatal compleja, siendo prácticamente una cualidad su destreza para hacerse con el apoyo de las masas nacionalistas, en las que era capaz de avivar los más bajos instintos con un talento excepcional, pasaba a hacerse cargo del gobierno de uno de los principales estados de Europa."
Como de costumbre, Kershaw deja su huella personal en sus escritos. Kershaw nos habla de "falta de alternativas" para justificar la subida al poder de Hitler. Me parece muy cínico, puesto que la Alemania de los años 20 era un hervidero político. El nacionalsocialismo tuvo que competir con muchos partidos políticos. Por otra parte, decir que Hitler era incapaz de conseguir solo su ascenso al poder y que lo habían conseguido "sus amigos de puestos elevados" es otra mentira. Lógicamente, nadie sube al poder solo. Eso es un hecho. Pero solo la firme voluntad de Hitler fue capaz de conseguir sus triunfos. Por supuesto, Hitler supo como nadie rodearse de la gente adecuada y es cierto que incluso tuvo que hacer algunas concesiones (iniciales, por cierto) a grandes empresarios y militares. ¿Pero qué alternativa tenía?
Postal firmada por Hitler, junto a Hindenburg |
Tampoco estoy de acuerdo en que el NSDAP fuera un partido incapaz de "dirigir una maquinaria estatal compleja". De hecho, la rapidez de la toma de medidas de Hitler nos sugiere que estaba perfectamente preparado para ejercer el poder. EL NSDAP ya funcionaba como un estado y Hitler no tuvo más que organizar los diferentes estados alemanes como si se trataran de su partido.
Hitler dijo en sus conversaciones privadas:
- Si no hubiésemos conquistado el poder en 1933, la ola de los hunos se hubiera abatido sobre Europa, pues entonces Alemania era incapaz de detenerla. Nadie lo sospechaba, pero estábamos al borde de la catástrofe.
- Si Alemania no hubiera tenido la suerte de que tomara yo el poder en 1933, hoy Europa no existiría. En efecto, en cuanto estuve en el poder, no tuve más que una idea: armar. Así fue posible que el verano pasado adoptase la decisión de atacar a Rusia.
- No me sentiría con derecho a exigir a cada uno el sacrificio supremo, si yo mismo no hubiera hecho toda la guerra del 14 en primera línea.