En el blog hemos hablado mucho sobre David Irving. Pero no he comentado uno de sus libros más famosos, El camino de la guerra. Voy a resaltar alguna frase significativa del libro:
- Hitler se convirtió en un dirigente más o menos político, descuidado e indeciso, que dejaba paralizados muchos asuntos de estado. Aunque a menudo se mostraba brutal e insensible, no tenía la habilidad de ser despiadado cuando más falta hacía. Se negó a bombardear Londres hasta que Churchill le forzó a tomar esa decisión a finales de agosto de 1940.
- Se opuso a todos los intentos de utilización de gases venenosos porque habría violado la Convención de Ginebra.
- El mayor problema que nos plantea dar un tratamiento analítico a la figura de Hitler, es la aversión que nos produce después de muchos años de propaganda bélica, y después de toda la emotiva historiografía de la posguerra.
- Ante el fenómeno del mismo Hitler, los historiadores son incapaces de comprender que era una persona normal y corriente, que daba paseos, que hablaba, que pesaba alrededor de setenta kilos, que tenía el cabello entrecano, casi todos los dientes postizos, y que sufría graves problemas digestivos. Para ellos Hitler es la encarnación del demonio, y así tiene que ser; sobre todo, por los sacrificios que tuvimos que hacer para destruirle.
- Al final, con una Alemania sumida de nuevo en la derrota, sus enemigos tuvieron que recurrir a unos métodos punitivos totalmente draconianos,, como juicios masivos, confiscaciones, expropiaciones, internamientos y programas de reeducación, para poder arrancar las semillas que Hitler había sembrado.
- Se puede decir muy poco con seguridad sobre el trato que había entre Hitler y Himmler. Este solía hacer listas, con su estilo pedante y torturado, con los temas que quería tratar con el Führer, a los que a veces añadía decisiones que Hitler tomaba en cada caso. Estas notas revelan la existencia de unos vacíos tan sorprendentes que podemos arriesgarnos a pensar que Himmler mantenía al Führer en la ignorancia de muchas de sus nefastas decisiones.
- Estoy absolutamente convencido de que a un obrero le bastan diez minutos a la semana en compañía del Führer para multiplicar por diez su capacidad de trabajo. (Declaración de Fritz Todt).
- El sábado se convirtió en el día preferido por Hitler para dar sus golpes de teatro.
- Las primeras impresiones que Wilson comunicó a Roosevelt fueron sobre el carácter del rostro del Führer, las manos artísticas y delicadas, la sencillez, la franqueza y la modestia.
- Hitler dio instrucciones a Ribbentrop para que el ex canciller Schuschnigg recibiera un trato digno y se le proporcionara un refugio tranquilo en cualquier parte. Pero al cabo de unos años -como tantas otras órdenes de Hitler- esto acabó por olvidarse, y Schuschnigg fue internado en un campo de concentración hasta que le liberaron en 1945.
- Vemos a Hitler estudiando la posibilidad de fabricar cigarrillos sin nicotina; unos cuantos días después decide que no se fumará más en el Berghof.
- Este era el "dictador del pueblo": amigo de las artes, benefactor de los necesitados, defensor del inocente, perseguidor del delincuente.
- Cualquier miembro del personal de Hitler que tuviera la intención de casarse antes debía pedirle permiso, desde el más augusto mariscal de campo hasta el más humilde cabo.
- El mismo desfile de cumpleaños demostró la gran capacidad de resistencia física que tenía Hitler. Las tropas, los transportes, la artillería y los tanques, marcharon durante cuatro horas en medio de un gran estruendo por delante de la tribuna. Su secretaria Schroeder escribiría después "El desfile de ayer fue gigantesco y parecía que no acababa nunca... No dejo de preguntarme de donde demonios saca las fuerzas, porque debe de ser condenadamente agotador estar de pie saludando durante cuatro horas. Estábamos rendidos sólo de mirarle... por lo menos yo."
- Los archivos médicos que hay sobre él muestran que su sangre era del tipo A. Tenía la piel pálida y de textura fina; tenía el pecho y la espalda blancos y sin vello. El cráneo era pálido y simétrico, con una expresión que, según sus médicos, tenía "una intensidad que dominaba y cautivaba". El ojo izquierdo era un poco más grande que el derecho; tenía los ojos azules con una leve sombra de color gris. Siempre tuvo un poco de exoftalmia, salida de los globos oculares.
-"Era inconstante, unas veces inquieto y otras peculiar, distraía con facilidad. Emocionalmente era muy lábil; sus predilecciones y aversiones eran muy pronunciadas. El flujo de su pensamiento mostraba continuidad. Su forma de hablar no era lenta ni rápida y siempre era apropiada" No presentaba ningún síntoma común de demencia. Los médicos concluían diciendo que en Hitler "no estaban presentes alucinaciones, ilusiones, ni inclinaciones paranoicas".
- Este era el escudo que protegía a Hitler en 1939: era un dictador por consenso; a un asesino jamás le habrían perdonado ni comprendido. Esta férrea solidaridad entre el Führer y el pueblo persistió hasta el final, a pesar de lo que han fingido las generaciones posteriores.
- Desde febrero de 1938 el control del personal militar de Hitler se puso en manos de Rudolf Schmundt. Este coronel del ejército con orejas muy grandes y nacido en Metz hacía cuarenta y dos años había recibido una preparación impecable en un famoso regimiento de Potsdam, y se mostraba muy inclinado hacia el nacionalsocialismo. Tenía veneración por Ludwig Beck hasta que la disputa suscitad por el general contra el sistema de mando del OKW hizo imposible que siguiera con aquella admiración. Desde junio de 1937 el ayudante de Hitler para la Luftwaffe fue el capitán Nicolaus von Below, un tranquilo pomerano de treinta y un años que había recibido en secreto un entrenamiento de vuelo en Lipetsk, en la Unión Soviética, y que en 1935 se convirtió en el ayudante del escuadrón de Richthofen. A partir de mayo de 1938 Hitler tuvo como ayudante del ejército de tierra al capitán de treinta y tres años Gerhard Engel; con su descaro y buen humor se ganó el favor de los mandos más bajos, pero no siempre tuvo el de Hitler (que le enviaría al frente en 1943).
Frases de Hitler incluidas en el libro:
- Soy incapaz de decir una mentira para mi provecho, pero no hay falsedad que no esté dispuesto a cometer en beneficio de Alemania.
- Cuando en enero de 1933 tomé posesión del gobierno, creí que me esperaba un camino ancho y bien pavimentado. Pero este camino no tardó en estrecharse y el estado del firme empeoró. Pronto se convirtió en un estrecho sendero, y hoy tengo la sensación de que avanzo por centímetros en una cuerda floja, soportando nuevas cargas, un día por la derecha y otro día por la izquierda.
- Me tiene sin cuidado lo que diga la posteridad.
- Nos hemos equivocado de bando en España. Habríamos hecho mejor apoyando a los republicanos. Ellos representan al pueblo. Siempre se hubiera podido convertir a esos socialistas en buenos nacionalsocialistas. Franco está rodeado de clérigos reaccionarios, aristócratas y ricachones, gente que no tiene nada que ver con nosotros, los nacionalsocialistas.
- Soy contrario al uso de la pena de muerte porque es irreversible. La pena de muerte debería reservarse solo para los crímenes más graves, especialmente los políticos.
- Nunca sabrá qué es lo que pienso de verdad. Ni siquiera mis colaboradores más próximos, y eso que ellos están convencidos de saberlo. (Hitler al general Halder)
- A los verdaderos soldados no se les reconoce por sus victorias, sino después de sus derrotas.
- Pero quiero dejar algo muy claro. Las iglesias pueden decidir lo que les ocurrirá a los alemanes en la otra vida, pero es la nación alemana y su Führer los que ahora deciden. Nuestra nación no fue creada por Dios para que el clero la rompa en pedazos.
- Me parece absurdo hacer del Cielo algo atractivo si la misma Iglesia nos dice que solo los que no lo han hecho tan bien en la vida podrán entrar en él, como por ejemplo los retrasados mentales y similares. No será muy bonito que cuando entremos en él encontremos a toda esa gente que -a pesar de su beatitud: "Bienaventurados los pobres de espíritu" - ya han sido una bendita molestia cuando estaba viva. Qué clase de atractivo es éste si ahí arriba no vamos a encontrar más que mujeres feas y mentalmente insípidas.
- El periodo clásico constituyó una época de ilustración. Con el comienzo del Cristianismo se detuvo la investigación científica, y en su lugar se empezó a investigar en las visiones de los santos, y no en las cosas que Dios nos ha dado. Investigar la naturaleza se convirtió en un pecado.
- En cuanto a la crueldad, el Cristianismo tiene todos los récords. El Cristianismo es la venganza del judío errante. Dónde estaríamos hoy si no hubiera existido el Cristianismo: tendríamos la misma inteligencia, pero nos habríamos evitado un vacío de mil quinientos años... Lo terrible es que millones de personas creen, o actúan como si creyeran, en todo esto: fingen creerlo todo. Si hubiéramos sido mahometanos, hoy el mundo sería nuestro.
- La libertad, la igualdad y la fraternidad son una verdadera tontería. La libertad excluye automáticamente la igualdad, porque la libertad conduce automáticamente al adelanto de los más sanos, de los mejores y de los más hábiles, y por eso hay menos igualdad.
- Todo lo que hago se dirige contra Rusia. Si occidente se muestra incapaz de comprender esto, entonces me veré obligado a llegar a un acuerdo con los rusos y volverme contra occidente primero para después dirigir todas mis fuerzas contra la URSS.
- En realidad no soy un político.
- Emprenderé cada operación de tal manera que las mujeres y los niños nunca sean el objetivo ni las víctimas.