Siempre que un país vence en una guerra a otro se explota de forma inagotable. Antiguamente la población soportaba guerras en cortos periodos de tiempo. Los americanos no conocen una guerra en suelo propio. Sus guerras siempre son a miles de kilómetros. El terrorismo apenas se ha dejado sentir en su suelo. El hundimiento de las Torres Gemelas es una excepción. El ciudadano americano medio cree, por supuesto, que su lucha es justa. Los soldados aliados mientras iban conquistando terreno en Europa en 1944 y 1945 se iban convenciendo más y más de su justa causa. Un ejemplo lo tenemos en las palabras de un soldado británico en 1945 cuando intervino en la liberación de un campo de concentración: "Por esto es por lo que hemos estado luchando". Según el autor Norman Davies el soldado se convenció de que combatía por una causa justa. Si el soldado y ciudadano americano dudaba de su lucha, terminaron por convencerse. Continuando con el análisis de Davies "cuando se dieron cuenta de la extraordinaria inhumanidad del enemigo y, en Nuremberg conocieron los detalles, olvidaron sus objeciones, El Mal había sido derrotado. El "Bien" había triunfado. La libertad, la justicia y la democracia habían prevalecido".
"Cuando un político teme el auge de adversarios como el coronel Nasser o Sadam Hussein, no tarda en tacharlo de "nuevo Hitler" o de equipararlo con los "fascistas". Si tiene, o sus aliados tienen, que hacer frente a un ataque, grande o pequeño, con misiles, lo compara con las V1 y V2 de los nazis y justifica unas represalias desproporcionadas aludiendo a la Ofensiva de Bombardeo Estratégico. En el hecho de su país posea armas nucleares no ve ninguna amenaza, pero denuncia la amenaza que supone que otros tengan "armas ilegales". Porque se ha convencido de que él, que pertenece a la presunta comunidad internacional, es como las naciones unidas de antaño y lucha por el bien con el corazón puro, una causa justa y un gran palo."
Siempre que observo la política internacional actual, recuerdo estas palabras de Norman Davies. Actualmente tenemos otro conflicto bélico, esta vez en Libia. Durante las últimas semanas las comparaciones entre Hitler y el coronel Gadafi son abundantes. Es habitual oír "Gadafi acabará como Hitler". La comparación no es gratuita: Hitler es el ejemplo del Mal y siempre que el Mal desafíe al Bien el mensaje es que se terminará como Hitler y su III Reich. De ahí la vigencia siempre de Hitler en las conciencias del ciudadano occidental. Sin embargo las comparaciones son una estafa: ni Sadam Hussein, ni Bin Laden ni el coronel Gadafi tienen nada que ver con Hitler. Ni siquiera las situaciones políticas son las mismas. Hitler murió sin prácticamente oposición interna. Gadafi tiene a un país en guerra civil, cosa que no ocurrió en Alemania. Por otra parte, tanto aliados como Gadafi utilizan a su antojo las comparaciones con Hitler. El coronel acaba de decir que los aliados "acabarán como Hitler y Mussolini". Como vemos, Hitler sigue siendo una comparación de libre albedrío.
Siguiendo con el eje del mal, me gustaría comentar una entrevista que la periodista Ana Pastor hizo esta semana al presidente iraní Ahmadineyad. La podéis ver aquí. La periodista ha sido proclamada como heroína por haberse enfrentado al presidente. Sin embargo me parece una chapuza de entrevista. La periodista ha hecho una entrevista "políticamente correcta" y llena de demagogia. He pasado una cierta vergüenza ajena al verla. Ana Pastor muestra poco respeto, interrumpe constantemente, y deja pasar la oportunidad única de sacar información. A mi modo de ver, su entrevista es una pérdida de tiempo ya que no sacó del presidente prácticamente ningún titular que no conozcamos. Para mi es un ejemplo de cómo no se debe de hacer periodismo. Pero los adalides de lo políticamente correcto ya han elevado a la periodista a la categoría de heroína y buena periodista. Por otra parte, la osada periodista da muestras de ignorar la situación de su país cuando afirma que en su país no se encarcela a nadie por publicar libros. De inmediato me vino a la mente la situación de Pedro Varela, encarcelado por publicar libros. La encarcelación de Pedro Varela me parece un hecho muy grave que además es prácticamente silenciado por los medios.