28 de febrero de 2010

Novedades

Se publica el libro "Hitler 1938: el año de las grandes decisiones". A simple vista no resulta nada atractivo. El hecho de que en el título pongan en primer lugar a Hitler ya nos indica que para venderlo tienen que recurrir a él una vez más.

En el afán incomprensible de exprimir el mito Hitler, continúan con la búsqueda de parientes vivos de Hitler, aunque se trate de familiares tan lejanos tan lejanos que ni ellos mismos lo saben. Pero la industria Hitler requiere de este tipo de noticias para seguir alimentándose. Esta vez los han localizado en Austria. Los dos asustados hombres han tenido que decir la típica frase "Hitler es el mayor criminal de todos los tiempos" para que les dejen un poco en paz. Pero bueno, que no nos sorprenda un día que nuestro propio vecino es descendiente de Hitler. Todo un mérito para el Führer, que no tuvo hijos, por cierto.

Ahora se asegura que uno de los símbolos más conocidos de la Alemania nacionalsocialista y de Hitler, el Volkswagen, el coche del pueblo, fue un invento de un judío. En 1936, por estas mismas fechas, se inauguró la fabrica de Volkswagen. Ahora se asegura que la idea original del proyecto fue del judío Josef Ganz, que lo ideó en el año 1933 y le llamó Maikäfer, Escarabajo de Mayo. Según la versión dada ahora, a Hitler le gustó tanto el proyecto que se lo robó y que como el propietario era judío lo intentó asesinar sin éxito. Reconozco que no conocía esta historia, pero me suena un tanto extraño que haya salido a la luz ahora.

A falta de trabajos rigurosos y serios, la Industria Hitler continúa editando chorradas varias. Se ha publicado un trabajo sobre la escritura de ciertos dictadores, entre los que se encuentra, como no, la del Führer. Hay un reportaje en El País llamado, como no, "La escritura del horror". Las conclusiones que sacan los grafólogos con Hitler son las habituales: resentimiento, su impotencia sexual, depresión... y que Hitler sufría de graves alteraciones de personalidad. Claro que debe de resultar muy sencillo hacer un trabajo grafológico sabiendo que la letra que quieres interpretar es la de Hitler. Solo tienes que inspirarte en los tópicos lanzados durante décadas para tener el mismo trabajo de siempre solo que esta vez con el aliciente de que se trata de un estudio de su letra. Otra tomadura de pelo, vamos.

Y sale ya a la venta el libro "Los libros del gran dictador" de Timothy W. Ryback. Este autor debe interpretar a su manera la biblioteca de Hitler llevándola al terreno de la Industria Hitler, es decir, que Hitler solo leía para llevar a cabo sus maléficos planes. Entiendo que el libro puede tener un cierto interés si se sabe leer con espíritu crítico. 

23 de febrero de 2010

Biografía fotográfica de Hitler (2ª Parte)

El 30 de Junio de 1934 Hitler, presionado por el ejército, industriales y políticos, realiza una purga dentro de las SA.










El 2 de Agosto de 1934 fallece el presidente Hindenburg. Hitler se convierte en el Jefe del Estado y comandante de las fuerzas armadas.















En 1935 se realiza un plebiscito en el Sarre y una mayoría decide su incorporación a Alemania. Se restablece el servicio militar obligatorio. 














En el año 1936 las tropas de Hitler entran en Renania. El pueblo alemán ratifica su apoyo a Hitler. Se inauguran en Berlín los Juegos Olímpicos.




















Hitler entrega al servicio público los primeros 1000 kilómetros de autopistas. Impulsa a su vez la creación de un coche popular, el famoso Volkswagen.
























1937. Hitler crea el Premio Nacional Alemán para las Artes y Ciencias.



























11 de Marzo de 1938. Hitler cumple su sueño de unir su patria al Reich.











1939. Tras crear un protectorado sobre Bohemia y Moravia, Hitler ataca Polonia. Inglaterra y Francia declaran la guerra a Alemania.





21 de febrero de 2010

Biografía fotográfica de Hitler (1ª Parte)








Adolf Hitler nace el 20 de Abril de 1889 en Braunau, sobre el Inn.










El joven Hitler, hijo de un funcionario, no quiso seguir los pasos de su orgulloso padre. A pesar de que en un principio sobresale en sus estudios, con el tiempo sus pensamientos giran en torno a la pintura y la arquitectura.  A la muerte de su padre, se traslada a Linz. La muerte de su madre, en 1907, le marca profundamente.








En 1908 se traslada a Viena, donde vive modestamente junto a su amigo August Kubizek. Al joven Hitler le gusta frecuentar las bibliotecas y la ópera, su gran pasión. Cuando rompe su relación con su amigo, comienza un periodo duro de subsistencia. Hitler pinta acuarelas para sobrevivir. En 1913 se traslada a Múnich, en donde lleva una vida más feliz. 












En agosto de 1914 estalla la guerra. Hitler se ofrece voluntario en el 16 regimiento de infantería bávara. Pronto es ascendido a cabo. 
















Durante la guerra Hitler realiza labores de enlace, en donde demuestra su valor. En esa contienda obtiene la Cruz de Hierro, que lucirá orgulloso el resto de su vida. Al término de la contienda Hitler sufre un ataque con gas que le deja ciego temporalmente. Profundamente impresionado por la derrota de Alemania, decide consagrar su vida a la política.











En 1919 regresa a Múnich e ingresa en un pequeño partido llamado Partido Obrero Alemán. Pronto Hitler se hace con el control del partido. En 1920 pronuncia su primer discurso y descubre su propia oratoria. 













Hitler transforma el pequeño partido y le llama Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista (N.S.D.A.P.) y organiza las S.A., encargadas de garantizar el orden en los mítines del partido. 










Tras un fallido golpe de estado en Múnich en 1923, es arrestado y encarcelado en Landsberg.















En prisión, Hitler redacta su ideario político llamado Mein Kampf (Mi Lucha).








En 1924 a su salida de prisión reasume la jefatura del partido y cambia de estrategia política. A partir de entonces pretende alcanzar el poder por medios legales.


En 1926 se celebra el II Congreso del partido. Al año siguiente el partido obtiene 12 diputados en el Reichstag. 















Hitler, a quien sus seguidores hace tiempo que llaman "Führer", alterna su vida política con reuniones con artistas, industriales y políticos afines. En el aspecto íntimo Hitler alquila una casa en los Alpes Bávaros, que será su refugio durante el resto de su vida. Se hace cargo de la tutela de su sobrina Geli Raubal.


En 1930 el NSDAP, con más de 6 millones de votos y 107 escaños en el Reichstag se convierte en el segundo partido de Alemania. En 1931 su bella sobrina se suicida, hecho que conmociona a Hitler. El Führer decide llevar una dieta vegetariana.












Hitler conoce a la joven Eva Braun, que trabaja para su fotógrafo Hoffmann. A partir de entonces se convierte en su amante. En 1932 Hitler obtiene la nacionalidad alemana. 










El 30 de enero de 1933 Hitler es nombrado Canciller, tras rehusar el cargo en repetidas ocasiones. En marzo se celebran nuevas elecciones que le consagran una gran mayoría a su gobierno. Hitler prohíbe los partidos comunista y socialdemócrata. Retira a Alemania de la Sociedad de Naciones.




11 de febrero de 2010

La Visión

El incidente es muy conocido pero no por ello menos espectacular. Lo relató el amigo de juventud de Hitler Kubizek:

- Lo que más fuertemente ha quedado grabado en mi memoria al recordar mi juvenil amistad con Adolf Hitler, no son sus discursos, ni tampoco sus ideas políticas, sino aquella escena nocturna en el Freinberg. Con ello se había decidido, de manera definitiva, su destino. Es cierto que exteriormente se mantenía en su proyectada carrera artística, sin duda por consideración a su madre; pues para éste se aparecía ciertamente como un objetivo mucho más concreto cuando decía que sería pintor artístico que si hubiera dicho: seré político. Sin embargo, la decisión de seguir por este camino tuvo lugar en esta hora solitaria en las alturas que rodean la ciudad de Linz. Tal vez no sea la palabra "decisión" la más adecuada; pues no fue una decisión voluntaria, tomada por sí mismo, sino más bien na visión del camino a seguir, que estaba completamente fuera del alcance de su voluntad.

La pareja de amigos se dirigió al teatro para ver la representación de "Rienzi", de Wagner. Cuando salieron de la representación Hitler caminaba por las calles "serio y encerrado en si mismo, las manos profundamente hundidas en los bolsillos del abrigo, hacia las afueras de la ciudad".

- Aun cuando, por lo general, después de una emoción artística como la que acababa de agitarle, solía empezar a hablar inmediatamente y juzgar agudamente la representación para liberarse a si mismo de las opresoras impresiones, después de ésta de Rienzi guardó silencio durante largo tiempo. Esto me asombró. Le pregunté su parecer sobre la obra. Adolf me miró extrañado, casi con hostilidad.

- Era una sombría y desapacible noche de noviembre. La húmeda y helada niebla se extendía densa sobre las estrechas y desiertas callejuelas. Nuestros pasos resonaban extrañamente sobre el adoquinado. Adolf tomó un camino que pasaba por delante de las pequeñas casitas de los arrabales de la ciudad, aplastadas casi sobre el terreno, y que lleva hasta las alturas del Freinberg. Ensimismado, mi amigo caminaba delante de mi. Todo esto me parecía  casi inquietante. Adolf estaba más pálido que de costumbre. El cuello del abrigo levantado reforzaba aún más esta impresión.

- El camino seguía por entre diminutos y míseros jardines y pequeños prados. La niebla quedaba atrás. Como una masa pesada y hosca gravitaba sobre la ciudad y substraía las casas de los hombres a nuestras miradas.

- ¿A dónde quieres ir? quise preguntar a mi amigo. Pero su delgado y pálido rostro parecía tan distante, que contuve la pregunta. No había ya nadie a nuestro alrededor. La ciudad estaba sumida en la niebla. Como impulsado por un poder invisible, Adolf ascendió hasta la cumbre del Freinberg. Y ahora pude ver que no estábamos en la soledad y la oscuridad; pues sobre nuestras cabezas brillaban las estrellas.


- Adolf estaba frente a mi. Tomó mis dos manos y las sostuvo firmemente. Era éste un gesto que no había conocido hasta entonces en él. En la presión de sus manos pude darme cuenta de lo profundo de su emoción. Sus ojos resplandecían de excitación. Las palabras no salían con la fluidez acostumbrada de su boca, sino que sonaban rudas y roncas. En su voz pude percibir cuán profundamente le había afectado esta vivencia.

- Lentamente fue expresando lo que le oprimía. Las palabras fluyeron más fácilmente. Nunca hasta entonces, ni tampoco después, oí a Adolf Hitler como en esta hora, en la que estábamos tan solos bajo las estrellas, como si fuéramos las únicas criaturas de este mundo. 

- En estos momentos me llamó la atención algo extraordinario, que no había observado jamás en él, cuando me hablaba lleno de excitación; parecía como si fuera otro Yo el que hablara por su boca, que le conmoviera a él mismo tanto como a mi. Pero no era, como suele decirse, que un orador es arrastrado por sus propias palabras. ¡Por el contrario! Tenía más bien la sensación como si él mismo viviera con asombro, con emoción incluso, lo que con fuerza elemental surgía en su interior. No me atrevo a ofrecer ningún juicio sobre esta observación. Pero era como un estado de éxtasis, un estado de total arrobamiento, en el que lo que había vivido en "Rienzi", sin citar directamente este ejemplo y modelo, lo situaba en una genial escena, más adecuada a él, aun cuando en modo alguno como una simple copia del "Rienzi". Lo más probable es que la impresión recibida de esta obra no fuera más que el impulso externo que le hubiera obligado a hablar. Como el agua embalsada que rompe los diques que la contienen salían las palabras de su interior. En imágenes geniales, arrebatadoras, desarrolló ante mi su futuro y el de su pueblo...


- Un joven completamente desconocido todavía para los hombres habló para mi en aquella hora extraordinaria. Habló de una especial misión que algún día le sería confiada. Yo, el único que le escuchaba en esta hora, no entendía apenas lo que quería decir con todo aquello. Habrían de pasar muchos años antes de comprender lo que esta hora vivida bajo las estrellas y alejado de todo lo terreno había significado para mi amigo. El silencio siguió a sus palabras. Descendimos de nuevo hacia la ciudad. De las torres llegó hasta nosotros la hora tercera de la mañana. Nos separamos delante de nuestra casa. Adolf me estrechó la mano en señal de despedida. Vi, asombrado, que no se dirigía en dirección a la ciudad, camino de su casa, sino de nuevo hacia la montaña.


- ¿A dónde quieres ir?, le pregunté asombrado. Brevemente replicó:


- ¡Quiero estar solo!


- Le seguí aún largo tiempo con la mirada, mientras él, envuelto en su oscuro abrigo, descendía solo las calles nocturnas y desiertas.

Es de suponer que Kubizek apenas lograra entender a su amigo. Sin embargo, treinta y tres años después, cuando ambos amigos se reencontraron, Hitler recordaba perfectamente aquel día. Dijo:

- En aquella hora empezó. 

8 de febrero de 2010

Hitler, el personaje más difamado de la historia

La odontóloga Menevse Deprem-Hennen ha realizado un trabajo sobre las actas del dentista de Hitler. Lo primero que debemos analizar es qué interés histórico puede tener semejante trabajo. Una vez que llegamos a la conclusión del absurdo, podemos criticar a la autora, sobre todo viendo las conclusiones que obtiene. Veamos:

 "Adolf Hitler padecía halitosis, parodontosis y tenía miedo al dentista". ¿El título del libro? También muy bonito: "El dentista del diablo". Lo curioso viene después. Si bien el titular afirma que Hitler padecía halitosis etc, la investigadora dice "es muy probable que Hitler padeciera una fuerte halitosis". Pero la desfachatez continua: "Es probable también que, como muchas personas, Hitler tuviera miedo al dentista". Como vemos, la coletilla "es probable" aparece antes de la información. Esta técnica es tan habitual en los estudios de Hitler que nos indica claramente que el estudio ES UNA MENTIRA. Nos indica simplemente que una nueva persona desea lucrarse con Hitler y, a falta de novedades, escribe algo medianamente original. Yo es que ya estoy esperando los siguientes trabajos: "A Hitler le olían los pies" acompañado de un informe secreto de su callista. Tampoco podemos descartar un sesudo estudio titulado "Hitler se tiraba pedos" aunque me temo que este ya existe, puesto que algunos están empeñados en sacar a relucir los problemas estomacales de Hitler.

Lo que debemos analizar es lo siguiente. Empezando por el título "El dentista del diablo", lo realmente curioso es que todos estos rasgos de Hitler que se empeñan en sacar a relucir, pertenecen precisamente a los de una persona normal, y máxime a los de una persona que vivió durante una época en la que era normal tener una dentadura deteriorada. En aquella época la odontología no estaba tan estandarizada como en nuestra sociedad, aunque por cierto, Hitler sí que lo pretendió. Lo que quiero decir es que una dentadura deteriorada hace de Hitler un personaje humano, y no precisamente un diablo, como sugiere el título. Por otra parte, si tan pestilente resultaba su aliento, me sorprende mucho que ningún colaborador, de los que tenemos cientos de testimonios, no haya dicho nada al respecto.

La siguiente noticia del día tampoco tiene desperdicio: "Hitler consumió Viagra primitivo". Evidentemente hay una malicia manifiesta en la declaración. Según un libro de próxima aparición, del que ignoro título y autor, el doctor Morell inyectaba a Hitler un preparado a base de testosterona. Nada nuevo. Todos los que hemos leído sobre Hitler sabemos que el doctor Morell le inyectaba cosas muy raras. Pero desconocíamos que fuera para "no fallarle a Eva Braun".  Conociendo a Hitler un poco, que fue una persona muy recatada con su intimidad, que nunca se mostró en bañador en público, que al mismísimo Morell le costaba verle con una simple camiseta interior, que no quiso exhibirse en público montando a caballo como hacía Mussolini etc...  se me hace muy difícil que el Führer se presentara ante su médico y le dijera "Morell inyécteme una dosis ahora que voy a empotrar a Eva". Perdón por la vulgaridad. Tratándose de Hitler, me parece absolutamente imposible. Se puede ver la noticia en este link, Es de muy mal gusto especular con la vida sexual de nadie.
Lo cierto es que en los últimos tiempos estamos viendo cómo aparecen nuevas y disparatadas difamaciones. Es como si alguien se hubiera dado cuenta de que contando que Hitler fue un asesino no basta para que no se extienda su sombra. Hay que decir a la masa que Hitler no solo fue un asesino, también fue homosexual, sufría de halitosis, era impotente etc.   En muchas ocasiones me han pedido que escriba un libro sobre Hitler. Ciertamente no soy la persona más indicada para hacerlo pero se me ocurre un titulo: "Hitler, el personaje más difamado de la historia".  Eso sí fijaos en la imagen de la izquierda lo mucho que le divierten a Hitler estas historias.

5 de febrero de 2010

Las pinturas de Hitler

Como es bien sabido, Hitler siempre fue un gran amante del arte. De hecho, él se consideraba un intruso en la política, siempre quiso retirarse de la política para relajarse con el arte. Se puede decir que para Hitler el arte lo era todo. Tanto es así que siempre se relajaba mientras estaba rodeado de arte:

- Mi suerte es que puedo sosegarme. Antes de ir a la cama, me ocupo de arquitectura, contemplo los cuadros, me intereso por cosas completamente diferentes a las que han ocupado mi espíritu durante el día. De otro modo, no podría dormir.

En otra ocasión dijo:

- Mi más ferviente deseo sería poder vagabundear por Italia como un pintor desconocido.

No he publicado muchas de las pinturas de Hitler. Como sabemos, todas corresponden a su juventud, incluido el tiempo que estuvo en el ejército. Hace poco leí unas declaraciones del Führer en las que mostraba su impotencia porque sus pinturas se vendieran a precios desorbitados. Para él no tenían ningún valor y deseaba parar ese mercado. Me pregunto qué diría si viera lo que ocurre en la actualidad. Bueno, a mi me parece que aun no siendo un gran pintor, no se le puede negar una cierta técnica. Tampoco hay que olvidar que muchas de las pinturas de Hitler las realizó por encargo y para poder venderlas. Donde Hitler disfrutaba más era en la arquitectura. Tenía muchos proyectos realizados. En el mismo nombre de la imagen ya he puesto el título y en algunas el año en que fueron pintadas: