Cartas a Hitler - Henrik Eberle
Ya he finalizado de leer Cartas a Hitler. El libro resulta interesante. Lo único que sobra son los comentarios del editor. Son inoportunos y molestos, como siempre. Henrik Eberle es el que editó también El Informe Hitler.
Ya he finalizado de leer Cartas a Hitler. El libro resulta interesante. Lo único que sobra son los comentarios del editor. Son inoportunos y molestos, como siempre. Henrik Eberle es el que editó también El Informe Hitler.
En 1930 se respondió a un ciudadano advirtiéndole de que Hitler no había recibido orientación astrológica y que Hitler no tenía intenciones de difundir la astrología. Esto nos pone de manifiesto una vez más el hecho de que Hitler no creía en la astrología, como se ha difundido a menudo.
Hitler recibió miles de cartas así que, lógicamente, no podía leerlas todas ni responderlas personalmente. De hecho se encargaban sus secretarios, como Rudolf Hess, Albert Bormann etc. Sin embargo en alguna ocasión sí que leía las cartas y las respondía personalmente. De lo que no cabe ninguna duda es del amor y admiración incondicional que le profesaron la mayor parte del pueblo alemán. Es realmente increíble lo querido que fue Hitler. Recibía muchas poesías y regalos. En muchas ocasiones le enviaban regalos y si el remitente no tenía muchos recursos económicos, la Cancillería le enviaba algo de dinero. En una ocasión un admirador le envío un violín confeccionado por él mismo. Los ornamentos eran de marfil y ébano y en la tapa de fondo incrustó 245 cruces gamadas. ¿Se trata del mismo violin que los rusos se llevaron junto a otras pertenencias de Hitler?.
Una mujer le enviaba miel que ella confeccionaba. Albert Bormann le escribió agradeciéndole los envíos. Muchos ciudadanos le enviaban cartas de agradecimiento por haber encontrado trabajo. Muchos le solicitaban una fotografía autografiada por el mismo Hitler. En muchas ocasiones obtuvieron su deseo aunque lo habitual era que se enviaran sin autografiar. Por ejemplo, un niño de 10 años del Sarre, escribió a Hitler solicitando una fotografía diciendo que "éste sería mi único deseo alemán". Por supuesto, se la enviaron.
Muchos ciudadanos también hacían donaciones a Hitler. El Führer solía contestar personalmente a esas cartas y les informaba de que el destino de la donación sería empleada en favor de camaradas necesitados. Ciertamente, no se puede negar que Hitler no estuvo corrompido por el dinero y que prefería emplear las donaciones en bienes comunes y no en el propio.
El problema de esta edición es que el autor se toma la licencia de opinar con muy poco respeto. Para Henrik Eberle las cartas que contenían "admiración, confianza y gratitud" eran tópicos. Nos quiere dar la impresión de que el cariño que profesaban los alemanes hacia Hitler fue fruto de la propaganda y la manipulación. ¡Por supuesto! pero ¿qué estado no intenta ensalzar a su cabeza visible? Si nosotros mismos vivimos en un mundo manipulado, el de Hitler no podía ser menos. Si bien es cierto que la propaganda en el III Reich abarcaba amplios espectros, es perfectamente comprensible que un pueblo que estaba sumido en la miseria, el paro y el hambre, sucumbiera al hombre que les elevó el nivel de vida. Así pues, para Eberle la admiración que sentía el pueblo hacia Hitler "eran la expresión de la admiración ingenua del pueblo". ¿Es necesario poner esto?
Criticar al pueblo alemán por la admiración que tuvo por Hitler se me antoja fácil y maniqueo. Resulta tan fácil criticar a los alemanes desde la actualidad, cuando conocemos la historia, que me resultan muy molestas las continuas moralinas del autor. En ocasiones incluso llega a faltar el respeto llamando "desequilibrado" a un ciudadano. Incluso manipula a su antojo dudando de la autoría de ciertas cartas de niños, pretendiendo que las escribían sus padres.
A veces el autor se mofa de la ingenuidad de los escritores. Por ejemplo, a la idea de un ciudadano, que aconsejó sobre la iluminación para guiar a los aviadores en una extensa carta, Eberkle se toma la licencia de sacar la conclusión absurda de que Hitler se encaminaba a una guerra y lo último que quería era rutas aéreas y aeródromos iluminados.
En una vergonzosa ocasión el autor llega a afirmar que "Hitler consumía alcohol en ocasiones excepcionales". Bien, ya hemos visto la actitud de Hitler con respecto al alcohol.
No merece la pena insistir. Nuevamente observo que la intención de ciertos autores es difamar a Hitler a toda costa a base de mentiras.
El autor pretende desprestigiar a Hitler a veces de forma ridícula. Por ejemplo, dice que en 1939 al cumpleaños de Hitler acudieron 76 diplomáticos extranjeros y que en 1945 se registraron únicamente tres invitados internacionales. ¿Pero cómo diablos iban a acudir en 1945 los mismos diplomáticos dadas las circunstancias?
El rigor histórico también brilla por su ausencia. Por ejemplo, el autor se atreve a decir que una carta, ESCRITA EL 25 DE AGOSTO DE 1939, fue enviada al protector de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich. De sobra es conocido que Heydrich fue nombrado protector de Bohemia y Moravia en 1941. En otro momento nos dice que una mujer escribió una carta el 11 de Mayo de 1941 y unas líneas más adelante nos dice que la mujer falleció en abril de 1941 así que la carta la debió de escribir su fantasma. No se si trata de un error de la traducción (no es la primera vez que la editorial Tempus traduce con poco rigor) o de ignorancia del autor. En todo caso lo que nos queda claro es el poco rigor.
Finalmente el autor termina el libro culpando al pueblo de lo sucedido y que todos conocemos. En concreto dice " sin el culto al Führer, sin el mito de Hitler, nunca se habría producido este régimen del terror; sólo la fanatización de la población movilizó una fuerza destructiva de dimensiones descomunales". Qué bonito es escribir eso desde un despacho sin tener una idea de psicología mínima y sin tener un mínimo de respeto. Lo repito: escribir sobre Hitler con nuestra perspectiva resulta peligroso porque conocemos la historia.
En resumen, un libro interesante pero que recomiendo leer sin los comentarios de su editor.
Nacho, si bien pillo casi todo lo que sale al mercado sobre la 2GM, este libro (lo he tenido en mis manos y lo he ojeado), no me ha llamado la atención. Lo del autor, pues más de lo mismo.
ResponderEliminarNacho: En serio, porque no te planteas de verdad escrbir un libro acerca de Hitler y lo que supuso el III Reich? No sé si te has dado cuenta, pero... prácticamente ya lo has hecho!! Simplemente repasa tu blog, ordena tus etiquetas y repártelas en capítulos...y ya tienes el resultado. Hay material para un libro sin ninguna duda.
Piénsalo de verdad, y no es ninguna broma, creo que somos muchos los seguidores de tu blog que opinamos lo mismo.
No niego que quizás fuese un libro polémico, pero en fin, la decisión es tuya.
Mientras tanto seguiremos disfrutando de tu blog.
Un saludo.
Muchas gracias Pedroboso. Al final me tendré que plantear el asunto. Tienes razón en que la mitad ya lo tendría escrito, puliéndolo un poquito. Otra cosa será salir a defender el libro porque me veo rodeado de gente insultándome je je... pero bueno al final seguro que sale algo.
ResponderEliminarTe envío saludos