25 de diciembre de 2008

Las Navidades más tristes de Hitler


Como es sabido, Hitler sintió verdadera adoración hacia su madre. Hasta el final de su vida siempre le acompañó un retrato de ella, del que no se separaba. A Hitler nunca le gustaron las Navidades porque le recordaban uno de los episodios más tristes de su vida: la muerte de su querida madre, en diciembre de 1907. El 21 de diciembre Hitler, que se encontraba en Viena, volvió a Linz porque su madre se encontraba gravemente enferma. Como era habitual en esa época, la ciudad estaba totalmente cubierta de nieve. El único amigo de Hitler, August Kubizek fue a visitar a la familia Hitler. Clara Hitler se encontraba en el lecho de muerte y le dijo al chico:

- Sea usted el buen amigo de mi hijo, aun cuando yo no esté ya. No tiene a nadie más.



La escena era realmente triste. Kubizek se lo prometió con lágrimas en los ojos. Bastaba ver el rostro de Hitler para saber que su madre había fallecido al día siguiente. A pesar de todo el joven Hitler supo conservar la serenidad aunque su rostro reflejaba todo lo que sufría.  Con el fallecimiento de su madre, Hitler perdió todo lo que la palabra amor significaba en su vida. Durante el entierro Hitler caminaba detrás del ataúd vistiendo un abrigo largo y negro de invierno, guantes negros y un sombrero.

Al día siguiente era Navidad y Hitler fue a casa de los Kubizek. Estaba muy abatido. "Todo en él parecía vacío y sin consuelo, sin la menor chispa de vida". Confesó a la madre de Kubizek que no había dormido en varias noches. Ésta le preguntó dónde se proponía pasar la velada de Navidad. Hitler respondió que había sido invitado en casa de su hermana, los Raubal, pero que aun no se había decidido. Finalmente se decidió a no ir. La Nochebuena de 1907 Hitler la pasó caminando durante muchas horas. Cuando Hitler, ya convertido en Canciller, recibió a su amigo Kubizek, recordaba perfectamente aquella Navidad triste. Finalmente, Hitler volvió a casa de su madre y se durmió.

Así pues, a Hitler nunca le gustaron las Navidades. Siempre procuró estar en compañía puesto que no le gustaba estar solo. 

3 comentarios:

  1. Si es que las madres son únicas! :) Y como cualquiera lo debió pasar mal… El doctor que atendió a la madre de Hitler escribiría que nunca vio a nadie tan postrado de dolor.

    Saludos! Y Feliz Navidad a tods!! ;)

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  2. Como siempre Nacho, excelente!

    Thule.

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