16 de diciembre de 2008

La Guerra de Hitler


El 12 de Diciembre de 1944 Hitler dio un discurso ante los comandantes de división y, entre otras cosas, dijo lo siguiente:


- Yo estaba convencido de que en Alemania, en los próximos diez, veinte, treinta o quizá cincuenta años, no nacería nadie con más autoridad, más posibilidades de influencia sobre la nación y más capacidad de resolución que las que yo poseo. También creía que el tiempo terminaría por dar la razón a mis estimaciones. Por esto entendí también, personalmente, que era correcto llevar a cabo –lo más pronto posible- cuantas declaraciones resultaran necesarias , después de evaluar la situación, no para provocar la guerra, sino para asentar las garantías que protegieran a Alemania en el caso de resultar atacada. Estas garantías eran:

1) Introducción inmediata del servicio militar universal y armamento total de la nación.


2) Restauración de la soberanía alemana con miras a ocupar la Renania y recuperación de la soberanía en el oeste, incluyendo la construcción de fortines.


3) Anexión inmediata de Austria, liquidación de Checoslovaquia y, finalmente, liquidación paralela de Polonia, para poner al territorio del imperio alemán en un estado de capacidad defensiva. Esos eran los requisitos previos para un futuro mantenimiento de la paz. Porque incluso la paz sólo se puede mantener si uno esta armado.

- El entusiasmo y la disponibilidad de sacrificio no son cosas que uno pueda meter en una serie de botellas para guardarlas almacenadas; es algo que surge una única vez en el transcurso de una revolución y que luego, poco a poco, se va volviendo a apagar. Los que tenemos por enemigos son los mayores extremos que imaginarse puedan en este mundo: por un lado, estados ultracapitalistas; y por el otro lado, estados ultramarxistas; por un lado, un imperio mundial que está dando las últimas boqueadas, Gran Bretaña, y por el otro una colonia que busca quedarse con la herencia, Estados Unidos.

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