Ya se sabe que Hitler fue teniendo más y más confianza con sus secretarias a medida que pasaba el tiempo, invitándolas a sus cenas, tertulias y su vida íntima. Hitler las adoraba y ellas también a él. Al final, cuando se estrechaba el círculo en Berlín, Hitler las quiso poner a salvo en el Berghof. Dos de ellas, Johanna Wolf y Christa Schroeder, partieron hacia el refugio alpino de Hitler para trabajar allí y por si el Führer se decidía a ir. Quedaron dos junto a él Traudl y Gerda. El 22 de Abril de 1945 Hitler les da también la orden de marcharse. Les dice:
- Vístanse inmediatamente, señoras. Dentro de una hora despega una avión que las llevará al Sur. Todo está perdido, irremediablemente perdido.
También se lo pide a Eva Braun, que le dice:
- Tú sabes que me quedo contigo. ¿Por qué entonces deseas que me vaya?
Entonces Hitler le besó en los labios. Nunca lo había hecho en público.
Las secretarias y la cocinera contestaron:
- Nos quedamos aquí.
Hitler las miró e insistió:
- Les ordeno que se marchen.
Sin embargo, las mujeres movieron la cabeza negativamente. Al final Hitler les estrechó la mano y les dijo:
- Ah, si mis generales fuesen tan valientes como ustedes...
El relato de Traudl Junge lo conocemos de sus memorias, que inspiraron en parte la película "El Hundimiento". Christa Schroeder tuvo un destino amargo. Al final de la guerra tuvo que colaborar con un oficial francés en la redacción de un libro, "Doce años junto a Hitler". Christa se lamentaría de por vida. Pidió perdón a sus antiguas compañeras y amigas porque "me hicieron decir lo que querían. Estaba sola, intimidada." Los editores recogieron testimonios inventados acerca de Hitler y lo reunieron en ese libro inventado acerca de Hitler. Lo curioso es que ese libro se reeditó hace bien poco, aun a sabiendas de que mucho texto esta inventado por los editores. Schroeder estuvo en un campo de concentración y, tras su colaboración con los editores, se revisó su condena y le permitieron salir del campo. La secretaria sí escribió un libro en alemán titulado "Él fue mi Jefe" pero el libro "Doce años junto a Hitler" se publicó primero en francés, de donde partieron el resto de traducciones, incluida la alemana. Christa se pasó el resto de su vida advirtiendo que ella no había dicho todo lo que se imprimió en el libro. Así pues, hay que coger el libro con mucho cuidado. Yo lo he leído y ciertamente me sorprendieron muchos pasajes. Me sorprendió mucho que se hablara de exterminios, abonos hechos a partir de cenizas humanas y otros asuntos que sabemos Hitler nunca hablaría con sus secretarias.
Las verdaderas memorias de Christa Schroeder las dejó ella misma al historiador Anton Joachimsthaler, que las publicó con muchos comentarios y aclaraciones. Lamentablemente no tenemos traducción al español, por lo que solo se puede conseguir en idioma alemán. Ciertamente la bibliografía sobre Hitler en español, a pesar de ser numerosa, es muy comercial y tiene numerosos errores. Gran culpa de la imagen que tenemos de Hitler la tienen esas traducciones e inventos sobre su figura. Quizá lo que podemos hacer es comparar los libros que tenemos y observar dónde están las contradicciones y errores.
Primera imagen: Hitler con sus secretarias Daranowki y Wolf. Segunda Imagen: Christa Schroeder
Parte de la información sacada del libro Hitler y Eva Braun, de Nerin E. Gun
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