Existe un libro que escribió Nerin E Gun titulado "Hitler y Eva Braun" que resulta súmamente interesante, creíble y muy pródigo en anécdotas y comentarios sobre la famosa pareja. De todos los libros sobre Hitler y Eva Braun, éste es el que más me convence. Como hace poco hablé sobre Hitler y la música, en el citado libro hay una anécdota sucedida en el Berghof que transcribo tal cual del libro. La anécdota nos da una idea sobre el ambiente relajado que se vivía en el Berghof y, sobretodo, que Eva Braun podía discutir con Hitler libremente delante de todos. Tras la muerte de Ernst Röhm, Eva Braun fue la única persona que tuteó a Hitler:
"En una ocasión, Eva y su amiga Herta discutían con el fotógrafo Walter Fratz, que estaba siempre en el Berghof, acerca de una pieza musical. Hitler les oyó y se puso a silbar la Donkeyserenade.
—No es eso —dice Eva.
—Claro que sí —responde Hitler.
Todos discuten, y al fin Eva va a buscar el disco, que coloca en el gramófono.
—¿Ves cómo te has equivocado? —dice Eva, triunfante.
—No, sirena —responde el Führer—. Es el compositor el que se ha equivocado.
Todos se ríen, pero él sigue serio.
A menudo se ponían discos en el gramófono. Los discos estaban alineados en una caja negra, y el propio Hitler los había numerado. Era Bormann quien los elegía y se ocupaba de hacer funcionar el aparato. El repertorio era monótono: Strauss, Franz Lehar, Richard Wagner y Hugo Wolf. De vez en cuando, Eva ponía un disco moderno americano, logrando así que todo el mundo saliera de su sopor.
—Es bonito, eso que has puesto —hacía notar el Führer a Eva.
—Sí, y tu amigo Goebbels acaba de prohibirlo en todo el Reich —respondía Eva Braun, agresiva."
—No es eso —dice Eva.
—Claro que sí —responde Hitler.
Todos discuten, y al fin Eva va a buscar el disco, que coloca en el gramófono.
—¿Ves cómo te has equivocado? —dice Eva, triunfante.
—No, sirena —responde el Führer—. Es el compositor el que se ha equivocado.
Todos se ríen, pero él sigue serio.
A menudo se ponían discos en el gramófono. Los discos estaban alineados en una caja negra, y el propio Hitler los había numerado. Era Bormann quien los elegía y se ocupaba de hacer funcionar el aparato. El repertorio era monótono: Strauss, Franz Lehar, Richard Wagner y Hugo Wolf. De vez en cuando, Eva ponía un disco moderno americano, logrando así que todo el mundo saliera de su sopor.
—Es bonito, eso que has puesto —hacía notar el Führer a Eva.
—Sí, y tu amigo Goebbels acaba de prohibirlo en todo el Reich —respondía Eva Braun, agresiva."
Me encanta el lado humano de Hitler que consigo ir sacando al leer este blog. Gracias Nacho, tocayo.
ResponderEliminarNacho, haces que me "enamore" cada vez mas de Hitler!
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